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lunes, 21 de junio de 2010

Direcciones


En el mundo físico, el norte es siempre el norte y saberlo, indica dónde se encuentran las otras direcciones para poder orientarse. En el mundo interior la dirección no la marcan las coordenadas físicas y por lo tanto hemos de atender a otros criterios.

¿Qué puede delimitar o decidir entonces la dirección que se adopta? ¡La brújula interior! Y resulta que aquí priman otros valores y el norte se decide a través de los sentimientos, de la experiencia, de lo que personalmente nos nutre, pero no sólo a nivel personal porque vivimos en un mundo que participa de nuestros actos.

Lo que uno entiende como conveniente ha de medirse por coordenadas diferentes a las físicas o materiales, renunciar a lo puramente personal, a lo que podría parecer evidente ¡Tantas veces hay que debatirse entre lo que nos gustaría y lo que debe ser! Tantas veces abandonar caminos fáciles, sin considerar si el decidir otros rumbos es lo más acertado… ¿Y si luego descubrimos que nos equivocamos?

¡El riesgo de vivir!

martes, 15 de junio de 2010

Música celestial... (Recuerdos)


No se cansaba de mirar por el orificio de aquel tubo mágico y contemplar los innumerables paisajes de colores. Podía estar horas girando lentamente el caleidoscopio sin apartarlo de su ojo, sonriendo cada vez que creía encontrar un mundo aún más mágico que el anterior, porque sí, eran pequeños mundos los que contemplaba dentro de aquella maravilla y lo miraba por fuera acariciándolo con sus manitas pensando que poseía un tesoro de un valor incalculable.

A veces imaginaba que ese tubo de color añil, contenía un reflejo del firmamento con todas las estrellas bailando una danza incesante y aguzaba su oído intentando escuchar la música que, sin duda alguna, hacía que todos esos cuerpos celestes danzaran cada vez que los contemplaba ¡No había nada más bello!

Pues bien, un maldito día, su mágico túnel hacia las estrellas se quedó olvidado en el balcón toda la noche. Al despertar, el corazón se le desató como un caballo de carreras al recordar que lo había dejado allí con las prisas… Ni siquiera se atrevía a abrir el balcón para recogerlo…

Aquella noche había llovido torrencialmente y cuando al fin reunió fuerzas para abrir la puerta del balcón, se encontró el juguete totalmente deshecho. Lo tomó entre sus manos y la estructura de cartón, descolorida y blanda por el agua que había absorbido, se partió y al suelo cayeron un montón de cristalitos de colores y unos pequeños espejos de forma triangular. Su padre, al ver su desencanto, le explicó cómo funcionaba el “tubito mágico”; le escuchó atentamente, intentando creer sus palabras, y cuando el padre terminó la explicación que incluía un dibujo del juguete, le increpó incrédula: Sí papá, pero ¿De dónde sale la música? ¿A que no sabes de dónde sale la música?

Creo que fue a partir de ese momento cuando empecé a desmontar todo lo que caía en mis manos, costumbre que aún conservo a pesar de haber estropeado montones de aparatos, incluido este ordenador en el que estoy escribiendo…

Lo más gracioso es que, a pesar de mi edad, aún se me dispara la imaginación y a todo le encuentro una parte mágica, inexplicable, incluida esa especie de música celestial que sólo yo soy capaz de escuchar.

sábado, 5 de junio de 2010

Quizá no sepan...


Teóricamente decidimos continuamente, a través de nuestros pasos o nuestras elecciones, cómo será nuestra vida, o como es, teniendo en cuenta que vivimos en un presente continuo, ya que eso tan abstracto del mañana, no es el inexistente futuro sino que cuando llegue, será también presente… No hay problema en decidir sobre lo propio acertada o equivocadamente; de eso se trata el vivir libremente o la experiencia que se deriva de ello y estamos hartos de saber, de comprobar que la vida es eso: Simplemente, sin buscar más complicaciones…

Es cierto que el escenario en el que nos movemos no está diseñado por los pobres mortales entre los que nos encontramos la mayoría, aunque de eso se podría hablar mucho…
Lo que sí es cierto es que de lo que hagamos, ya que no somos seres aislados, participa nuestro mundo, primero el más cercano y después, la onda expansiva del vivir en general, afecta al conjunto en cuanto que formamos parte de una sociedad que está compuesta de piezas que se interrelacionan sinérgicamente..

Me pregunto si esos “amos del mundo”, dioses autonominados, esos que nadie conoce al detalle pero que todos intuimos, que deciden hasta lo que no sabemos que deciden, que diseñan, por decirlo de alguna forma el “vivir colectivo”, saben hasta qué punto sabemos, hasta qué punto cedemos, hasta qué punto interfieren en lo que somos o en la dirección que tomamos los simples humanos, los que no tenemos más cáscaras que conformarnos con lo que nos dejan ver…

Quizá crean que todos abrimos la boca cuando nos acercan el pastel; que vamos a seguir votando a quien ellos quieran y nos presenten, mordiendo el anzuelo de las promesas que no cumplirán, que no sabemos mirar a los lados y ser conscientes de lo que ellos esconden detrás de tanto señuelo.

Quizá no sepan que amamos la paz, la concordia, la justicia, que muchos participamos más de lo que creen en este mundo nuestro, mucho más real que el suyo; nosotros andamos el camino y nos tragamos el polvo que levantan nuestros pies cansados, pero eso no nos impide verlos por detrás de sus máscaras; quizá no sepan que, al final, las máscaras acaban cayéndose y cada uno acaba en el lugar que merece.

Quizá no sepan que sabemos porque el corazón y la conciencia, cosa que jamás podrán arrebatarnos, poseen una visión especial que ellos perdieron hace tiempo, cuando separaron sus pies de la tierra pura y dura buscando “otros paraísos”…