Hoy, limpiando una estantería en la casa de mi madre, tomé en mis manos un libro que no veía hace muchos años; al abrirlo encontré entre sus páginas un papel doblado con un decálogo que a continuación transcribo. Me hizo sonreír y hasta acudieron unas emocionadas lagrimitas a mis ojos...
Lo escribí hace cuarenta años
"Me aburren aquellos que en lugar de opinar decretan, me aburren las frases hechas, las muletillas, el lenguaje complicado, los gestos copiados, las frases grandilocuentes.
Me aburre J. Ángel cuando me dice como cargado de razón ¿Y bien? Y cuando le pregunto que “y bien qué”, me suelta eso de: Cuéntame algo… Pero… ¡Si fuiste tú quien me pediste una cita!
Me aburre tener que hablar porque quien me acompaña (J. A.) no soporte el silencio
Me aburren los que hacen suyas frases y pensamientos que no lo son, sobre todo si fui yo quien se los descubrió
Me aburre lo que entienden casi todos por libertad
Me aburren, me cabrean, me sacan de quicio, todos los que caminan bajo palio visible o invisible…
Me aburren los que me miran las tetas antes de saber cómo son mis ojos y conocer el timbre de mi voz
Me aburren los curas.
Me aburren horriblemente las monjas del cole con sus primeros viernes de mes y las mentiras que no se creen ni ellas mismas.
Me aburre (muchísimo) lo que mis padres esperan de mí."
En fin... jajajaaa. Después de cuarenta años, me siguen aburriendo algunas de estas cosas, aunque otras eran sólo producto de la edad.
10 comentarios:
Jajajaja, ya apuntabas maneras, Luz! Gracias por dejarnos conocer a esa adolescente que fuiste!
Un besazo
Jajaja, ni te imaginas la cantidad de decálogos que escribía yo por aquel entonces. ¡Me parecía que el mundo estaba loco!
En aquella época me creía capaz de cambiar el mundo; ahora sé que cada paso que damos lo cambia, aunque sólo sea el propio.
Feliz domingo, amiga
gracias por compartir esto luz!jeje, se comparten cosas^^
besotes!
Gracias a ti por pasar, Leo ^^
Muchos besos
¿Cuarenta años dices que tiene...? Pues fíjate que yo lo suscribo cuatro décadas después...
Y sí; tiene razón la compañera... Ya apuntabas maneras. Lúcidas maneras.
Un abrazo.
La verdad, Una mirada, es que el hallazgo del papelito, me transportó a esos momentos como si de ayer mismo se tratase, y me llenó de emociones difíciles de describir, pero sobre todo, constaté algo que me llenó de alegría: no me he traicionado porque no he escapado de nada de lo que la vida me ha presentado en este tiempo, y aunque la imaginara mucho más fácil, nunca pensé que pudiera resultar tan apasionante.
Un beso
Se echa de menos esto. Un beso silencioso
Gracias, amiga.
He hecho un alto en este camino y estoy disfrutando de otras facetas de mi vida, pero volveré.
Muchos besos
Reconforta saber que es el disfrute de las sensaciones no virtuales el que te mantiene offline.
Que los hados -los reales- mantengan su sonrisa.
Mis afectos.
Muchas gracias por tus buenos deseos, Una mirada.
Un abrazo
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