Esperar…. Esperar: Quizá mañana. Y mañana de nuevo, quizá mañana…, y así sucesivamente. Mientras tanto la vida no se detiene por nada y los acontecimientos que eran causa de esa espera, son sustituidos por otros, causas de otras esperas.
Y te das cuenta que lo que en su día pareció algo insuperable, ya no existe, y otros “insuperables” se han hecho paso en la vida, porque la vida se va componiendo de acontecimientos de una u otra naturaleza que pueden parecer insuperables; causas de tristeza, sin olvidar los motivos de alegría, y vamos avanzando el camino con más o menos fuerza, pero avanzamos, aprendemos, cumplimos con aquello para lo que vinimos ¿Quién puede estar, a priori seguro de algo así? Y no quiero incluir adjetivos como éxito o fracaso porque cada cual hace lo que puede y el resultado final no hay por qué valorarlo en esos términos…
Un día nos damos cuenta de que ha pasado más tiempo del que pensábamos, pero no por el tiempo en sí, tampoco por la sucesión de experiencias que se han vivido. Lo más gracioso es que, esto, hay veces que ocurre súbitamente, por ejemplo, cuando al mirarnos al espejo descubrimos, (¡en poco tiempo! Pensamos) un montón de arrugas que surcan el contorno de nuestros ojos, o nos damos cuenta de que cada vez estamos más rubias, en el caso de las mujeres, de tanto teñirnos las canas, pero esta vez, la línea que nace donde se observa el crecimiento del pelo, es más clara que el propio tinte. Entonces hacemos memoria y sí nos damos cuenta de cuánto hemos vivido, y pensamos, con fundamento esta vez, que el tiempo ha pasado rápido…
Pero… ¡Ah! ¿Rápido para qué? ¿cómo? Pues no se hace corto sólo cuando se disfruta alegremente? ¿Será, entonces que la vida no es tan mala? O que nuestra memoria selecciona y se queda con lo mejor?
Y lo que de verdad ocurre es que, vivir es vivir y ahí caben lo positivo y lo negativo, el blanco y el negro.
Al fin, sonrisas y lágrimas entre un paso y otro:
Y te das cuenta que lo que en su día pareció algo insuperable, ya no existe, y otros “insuperables” se han hecho paso en la vida, porque la vida se va componiendo de acontecimientos de una u otra naturaleza que pueden parecer insuperables; causas de tristeza, sin olvidar los motivos de alegría, y vamos avanzando el camino con más o menos fuerza, pero avanzamos, aprendemos, cumplimos con aquello para lo que vinimos ¿Quién puede estar, a priori seguro de algo así? Y no quiero incluir adjetivos como éxito o fracaso porque cada cual hace lo que puede y el resultado final no hay por qué valorarlo en esos términos…
Un día nos damos cuenta de que ha pasado más tiempo del que pensábamos, pero no por el tiempo en sí, tampoco por la sucesión de experiencias que se han vivido. Lo más gracioso es que, esto, hay veces que ocurre súbitamente, por ejemplo, cuando al mirarnos al espejo descubrimos, (¡en poco tiempo! Pensamos) un montón de arrugas que surcan el contorno de nuestros ojos, o nos damos cuenta de que cada vez estamos más rubias, en el caso de las mujeres, de tanto teñirnos las canas, pero esta vez, la línea que nace donde se observa el crecimiento del pelo, es más clara que el propio tinte. Entonces hacemos memoria y sí nos damos cuenta de cuánto hemos vivido, y pensamos, con fundamento esta vez, que el tiempo ha pasado rápido…
Pero… ¡Ah! ¿Rápido para qué? ¿cómo? Pues no se hace corto sólo cuando se disfruta alegremente? ¿Será, entonces que la vida no es tan mala? O que nuestra memoria selecciona y se queda con lo mejor?
Y lo que de verdad ocurre es que, vivir es vivir y ahí caben lo positivo y lo negativo, el blanco y el negro.
Al fin, sonrisas y lágrimas entre un paso y otro:
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Vida en estado puro…
4 comentarios:
Y lo poco conscientes que somos de todo esto mientras lo estamos viviendo.
Sí, amiga, la vida es vida, tal cual es. la tomamos o la dejamos, pero está con todos sus colores. Yo la considero muy buena en general. Muy, muy buena. La vida es una amiga.
Un besazo
...y qué inolvidables fotogramas en este Viaje Turístico por la Existencia; un viaje con paradas aleatorias y sin mapa en el que buscar las ¿mejores? rutas.
Gran aventura... Con principio y final, sí, pero tan apasionante en su tránsito que las canas y las arrugas son el maravilloso peaje de este nomadismo vital de nocturnidades y amaneceres que se llevan y traen sueños e incertidumbres.
Abrazos.
Luz,,yo te entiendo muy bien lo que dices tambien entre líneas.Porque sí, porque a veces la vida no es tan bella, y a pesar de eso hay que aceptarla con la carga emocional que pesa sobre las espaldas.Y encima, por el bien de quienes nos rodean hay que estar contentas, verdad? porque si nos derrumbamos, a quien sujetaremos?.
Y encima no podemos decir que no haya momentos de felicidad y cosas que agradecer a los dioses.Pero a veces, esto es una mierda,como decía mi abuela.
Un besincho.
Gracias a los tres: Ami, Mirada, anónimo, porque vuestras opiniones acompañan y ayudan
Besitos a todos
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