Hoy he tenido un día de trabajo horrible, tanto, que parecía que no iba a terminar nunca y entre eso, y que había dormido más bien poco, he vuelto a casa hecha polvo y de un humor bastante alterado, pero la vida se encarga de endulzar las amarguras si sabes ver lo que tienes alrededor.
Después de comer he hablado con alguien muy querido, pero mucho… A continuación he puesto la tele y valorando la programación después de recorrer los treinta y tantos canales con ese contenido tan “apasionante”, he ido a visitar blogs, y aquí es donde voy a poner una sonrisa enorme a la continuación de una mañana de lo más antipática…
En primer lugar he visitado a un hombre con edad y cara de jovencito pero con una madurez, una sensibilidad y una sabiduría natural, tan dignas de admiración que, después de leer por tercera vez su post, ha vuelto a provocar lágrimas de emoción en mis ojos y muchas reflexiones en mi alma…
A continuación he re-visitado a mi amiga de las letras y los cuentos y también he estado un ratito reflexionando sobre el tiempo y sobre la autenticidad en otra de sus casas.
Luego me he paseado por otro lugar que no visito con asiduidad, no por nada, sino porque me muevo poco por este mundo bloguero, y he vuelto a emocionarme constatando la grandeza del ser humano y siendo consciente, una vez más, de que hay seres en el mundo que brillan con luz propia y compensan e iluminan a tantos otros de los que sólo se puede percibir que ocupan un lugar en el espacio.
En fin, que a un día que parecía nefasto, le llovieron oportunidades de ser muy especial
DOY FE…
Después de comer he hablado con alguien muy querido, pero mucho… A continuación he puesto la tele y valorando la programación después de recorrer los treinta y tantos canales con ese contenido tan “apasionante”, he ido a visitar blogs, y aquí es donde voy a poner una sonrisa enorme a la continuación de una mañana de lo más antipática…
En primer lugar he visitado a un hombre con edad y cara de jovencito pero con una madurez, una sensibilidad y una sabiduría natural, tan dignas de admiración que, después de leer por tercera vez su post, ha vuelto a provocar lágrimas de emoción en mis ojos y muchas reflexiones en mi alma…
A continuación he re-visitado a mi amiga de las letras y los cuentos y también he estado un ratito reflexionando sobre el tiempo y sobre la autenticidad en otra de sus casas.
Luego me he paseado por otro lugar que no visito con asiduidad, no por nada, sino porque me muevo poco por este mundo bloguero, y he vuelto a emocionarme constatando la grandeza del ser humano y siendo consciente, una vez más, de que hay seres en el mundo que brillan con luz propia y compensan e iluminan a tantos otros de los que sólo se puede percibir que ocupan un lugar en el espacio.
En fin, que a un día que parecía nefasto, le llovieron oportunidades de ser muy especial
DOY FE…
4 comentarios:
Muchas gracias Luz.
El caso es que tú nunca has tenido ocasión de charlar contigo largo y tendido. Cada vez que tengo esta suerte, me quedo por el resto del día con la sensación de haber conversado con la persona más generosa que conozco. Es una lástima que te pierdas eso, así que ahora mismo, yo también doy fe, en tu nombre, de las cosas que tú no puedes disfrutar de ti misma objetivamente.
Un beso muy grande y reparador. Que pases una buena tarde y tengas un jueves extraordinario y feliz, tierno como una Flor.
Gracias a ti, ami, que sabes ser especial no sólo en lo que dices sino también en lo que sin palabras expresan tus dibus.
Tú eres una de esas personas que siendo tú misma ayudas a construir y me siento muy honrada con tu amistad
Un beso enorme
"...la vida se encarga de endulzar las amarguras si sabes ver lo que tienes alrededor".
Sabia reflexión que, en ocasiones, nos pasa desapercibida cuando creemos que nuestro saco de vivencias del día no contiene vitaminas de ternura.
Y sabia y feliz tú, Luz, que eres capaz de recrear un parque de buenas sensaciones con las pupilas y el corazón.
Mis afectos.
Gracias, “Una mirada”, por esa apreciación tan generosa, pero quizá, lo que tú calificas de sabiduría sea sólo cuestión de edad porque es el tiempo el que nos enseña a disfrutar de lo que tenemos, como esos momentos que describo que para mí han resultado únicos y me han conducido, una vez más, a ser consciente de que se necesita muy poco (al menos material) para ser feliz; algo así como apreciar la propia realidad, mirar alrededor, considerar esas otras realidades y saber que la felicidad no tiene más precio que el de la propia voluntad de decidir serlo, porque motivos hay, y muchos.
Un beso
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