Leyendo hace unos días un blog de los que visito asiduamente en el que el autor transcribía una canción de Georges Brassens, me vino a la memoria, supongo que no por casualidad, una frase de este poeta y cantautor francés que siempre me ha hecho reflexionar:
“La única revolución es intentar mejorar uno mismo esperando que los demás también lo hagan”
No sé si es la única revolución, pero al menos es la que está al alcance de cualquiera. No podemos criticar aquello de lo que participamos, por lo tanto, la solución empieza por el propio cambio, incluso sin esperar que los demás lo hagan, puesto que nuestro mundo somos, en un principio, nosotros mismos con la suma de nuestras circunstancias y realidades.
Es agradable sentirse apoyado o comprendido, pero si bien a nivel humano somos seres sociales, a nivel interior o a nivel de conciencia nuestra realidad es individual, y a pesar de que socialmente parte de lo que nos impulsa se deba a conceptos o principios aprehendidos o educacionales, no exentos de la propia elección, siempre subyace en nuestras elecciones esa brújula individual, es decir, siempre que queramos ver o reconocer aquello que no siempre podríamos definir pero que tiene un peso específico en nuestra forma de vida.
Feliz fin de semana.
“La única revolución es intentar mejorar uno mismo esperando que los demás también lo hagan”
No sé si es la única revolución, pero al menos es la que está al alcance de cualquiera. No podemos criticar aquello de lo que participamos, por lo tanto, la solución empieza por el propio cambio, incluso sin esperar que los demás lo hagan, puesto que nuestro mundo somos, en un principio, nosotros mismos con la suma de nuestras circunstancias y realidades.
Es agradable sentirse apoyado o comprendido, pero si bien a nivel humano somos seres sociales, a nivel interior o a nivel de conciencia nuestra realidad es individual, y a pesar de que socialmente parte de lo que nos impulsa se deba a conceptos o principios aprehendidos o educacionales, no exentos de la propia elección, siempre subyace en nuestras elecciones esa brújula individual, es decir, siempre que queramos ver o reconocer aquello que no siempre podríamos definir pero que tiene un peso específico en nuestra forma de vida.
Feliz fin de semana.
8 comentarios:
Me ha costado bastante despegar los ojos de la imagen para leer el texto, este tipo de fotografías distraen tus lectores, al menos a los que son como yo.
Pero bueno, finalmente he podido hacerlo y estoy completamente de acuerdo contigo. Y añado que tenemos la obligación de hacerlo, si es que queremos ver que algo cambia alrededor nuestro. Como bien dices, no podemos criticar aquello de lo que participamos.
Un besazo bien fuerte y feliz puente. Yo también lo disfrutaré, mientras me como lo que me queda de uñas esperando que nos desveles el final del cuento.
jajajaa, ami. Sabía que te gustaría esa foto de gatitos reflexionando...
En cuanto a la propia revolución, creo que es la única solución para salir de esa energía negativa que parece que asola al mundo; no participar, eso sí, sin negar la realidad, pero actuando como cada cual crea que debe.
¡Deja esas uñas quietas! en el próximo post va otra parte del cuento... jajaja
Muchos besitos y disfruta de la vida todo lo que puedas, aunque sé que sabes hacerlo.
...el propio Brassens fue fiel a su brújula hasta consumir sus días de vida.
En realidad, dudo que las convicciones personales varíen más allá de la lógica evolución de las ideas con la acumulación de vivencias/experiencias; eso sí, el ser humano reconoce al prójimo de ideario similar al suyo y, en determinadas circunstancias, enarbola idénticos postulados. Pero, en esencia, somos individualidades con puntos de intersección con otras individualidades, y hasta con puntos de confrontación.
Buen finde.
P.S.- Confiésolo: Los gatos son mi debilidad y hasta mi fortaleza... Y los adorables quebrantahuesos, por supuesto. :)
Y son, esos puntos de intersección, como dices, los que a veces nos sacan de nuestras propias soledades, que no de nuestro camino, ya que es cierto que las propias convicciones no varían, al menos en esencia, e incluso que los puntos de confrontación nos afianzan e impulsan en el mismo, con lo cual es bueno y deseable que haya de todo.
Sí suponía que te gustaban los gatos (no hay que pensar mucho, jeje); a mí me encantan, y también los perros y casi todo lo que se mueve del reino de los vivos.
De Brassens hay una canción que siempre recuerdo y cantada por Paco Ibañez, con la que me identifiqué mucho en una época de mi vida: La mauvaise reputatiòn
Que tengas un maravilloso finde
Ay, mis uñitas...
Besos
jajajaaa. Cuídate esas uñitas, amiga...
Besitos
Me han gustado mucho los gatos. La foto de mi blog es mi gato Blau, je,je.
Estoy de acuerdo contigo en que para hacer que las cosas cambien tienes que empezar por tí mismo.¿De qué sirve lamentarse si la cosas no van bien o no nos gustan como son? Pienso que si los demás ven que cambias y este cambio es positivo, ellos tarde o temprano lo harán también.
Me he dado cuenta en el trabajo.Cuando empecé a trabajar aquí tenían la manía de hacerlo todo a mano: faxes, correspondencia,etc.. me pareció aberrante, además teniendo ordenadores. Poco a poco se han acostumbrado a trabajar con el ordenador y a usar el e-mail en vez del fax con el consecuente ahorro de papel, tinta,tiempo,etc. Y de paso ayudamos al planeta.
En cuanto a G.Brassens, qué te voy a decir, me encanta. La Mauvaise Réputation que cantó también Moustaki, es de mis preferidas, sin olvidar Gare au Gorile, La chanson pour L'Auvergnat o Marinette.
Un saludo y gracias por tus palabras en el blog.
Es precioso ese gatito tuyo, Blau, da la sensación de que lleva gafitas o un perfecto antifaz. Sí imagino que a tí también te gustan, como a todos los que estamos aquí en los comentarios en este momento; son seres especiales, perceptivos, inteligentes...
En cuanto a nuestras reflexiones, tú misma has podido comprobar cómo el dar un paso hacia delante facilita el movimiento en nuestro entorno, bien sea laboral o en cualquier otro ámbito.
Un beso y gracias a ti por pasarte
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