Teóricamente decidimos continuamente, a través de nuestros pasos o nuestras elecciones, cómo será nuestra vida, o como es, teniendo en cuenta que vivimos en un presente continuo, ya que eso tan abstracto del mañana, no es el inexistente futuro sino que cuando llegue, será también presente… No hay problema en decidir sobre lo propio acertada o equivocadamente; de eso se trata el vivir libremente o la experiencia que se deriva de ello y estamos hartos de saber, de comprobar que la vida es eso: Simplemente, sin buscar más complicaciones…
Es cierto que el escenario en el que nos movemos no está diseñado por los pobres mortales entre los que nos encontramos la mayoría, aunque de eso se podría hablar mucho…
Es cierto que el escenario en el que nos movemos no está diseñado por los pobres mortales entre los que nos encontramos la mayoría, aunque de eso se podría hablar mucho…
Lo que sí es cierto es que de lo que hagamos, ya que no somos seres aislados, participa nuestro mundo, primero el más cercano y después, la onda expansiva del vivir en general, afecta al conjunto en cuanto que formamos parte de una sociedad que está compuesta de piezas que se interrelacionan sinérgicamente..
Me pregunto si esos “amos del mundo”, dioses autonominados, esos que nadie conoce al detalle pero que todos intuimos, que deciden hasta lo que no sabemos que deciden, que diseñan, por decirlo de alguna forma el “vivir colectivo”, saben hasta qué punto sabemos, hasta qué punto cedemos, hasta qué punto interfieren en lo que somos o en la dirección que tomamos los simples humanos, los que no tenemos más cáscaras que conformarnos con lo que nos dejan ver…
Quizá crean que todos abrimos la boca cuando nos acercan el pastel; que vamos a seguir votando a quien ellos quieran y nos presenten, mordiendo el anzuelo de las promesas que no cumplirán, que no sabemos mirar a los lados y ser conscientes de lo que ellos esconden detrás de tanto señuelo.
Quizá no sepan que amamos la paz, la concordia, la justicia, que muchos participamos más de lo que creen en este mundo nuestro, mucho más real que el suyo; nosotros andamos el camino y nos tragamos el polvo que levantan nuestros pies cansados, pero eso no nos impide verlos por detrás de sus máscaras; quizá no sepan que, al final, las máscaras acaban cayéndose y cada uno acaba en el lugar que merece.
Quizá no sepan que sabemos porque el corazón y la conciencia, cosa que jamás podrán arrebatarnos, poseen una visión especial que ellos perdieron hace tiempo, cuando separaron sus pies de la tierra pura y dura buscando “otros paraísos”…
Me pregunto si esos “amos del mundo”, dioses autonominados, esos que nadie conoce al detalle pero que todos intuimos, que deciden hasta lo que no sabemos que deciden, que diseñan, por decirlo de alguna forma el “vivir colectivo”, saben hasta qué punto sabemos, hasta qué punto cedemos, hasta qué punto interfieren en lo que somos o en la dirección que tomamos los simples humanos, los que no tenemos más cáscaras que conformarnos con lo que nos dejan ver…
Quizá crean que todos abrimos la boca cuando nos acercan el pastel; que vamos a seguir votando a quien ellos quieran y nos presenten, mordiendo el anzuelo de las promesas que no cumplirán, que no sabemos mirar a los lados y ser conscientes de lo que ellos esconden detrás de tanto señuelo.
Quizá no sepan que amamos la paz, la concordia, la justicia, que muchos participamos más de lo que creen en este mundo nuestro, mucho más real que el suyo; nosotros andamos el camino y nos tragamos el polvo que levantan nuestros pies cansados, pero eso no nos impide verlos por detrás de sus máscaras; quizá no sepan que, al final, las máscaras acaban cayéndose y cada uno acaba en el lugar que merece.
Quizá no sepan que sabemos porque el corazón y la conciencia, cosa que jamás podrán arrebatarnos, poseen una visión especial que ellos perdieron hace tiempo, cuando separaron sus pies de la tierra pura y dura buscando “otros paraísos”…
6 comentarios:
O quizás lo sepan y les importe un pimiento todo esto, incapaces de ver más allá de lo inmediato.
Un besazo especial.
Probablemente sea así, ami, pero, como decía, hay una parte de los que integramos las filas de los anónimos, que nunca podrán poseer porque los barrotes no pueden con la intención, con los sentimientos, con la dignidad, con el honor ni con la conciencia.
Besitos dominicalesss
Pues a mí me importan un huevo los Vandelvirt y compañía.Ellos serán juzgados por el Universo en lo bueno y lo malo.
Pero en nuestro presente,aunque pueda afectar, no lo harán de forma estructural,es decir, en lo interior ni en las más hondas decisiones que toma el ser humano en su individualidad. Además yo no tengo preocupaciones económicas porque no tengo un chavo...
Bienvenido, anónimo:
A mí me importan las sociedades secretas, no por la gente que la integra, sino porque, de alguna forma, juegan con la libertad del ser humano a través del engaño.
Tampoco tengo yo nada y no quiero hacer demagogia porque trabajo, vivo y como todos los días, vamos que tango mucho más que el 80% de los seres de este planeta, de esos que no saben si comerán hoy, pero de lo que me quejo es de la prepotencia de esta gente; el que tú mencionas no lo conoczco, aunque estos días se habla mucho de Bilderberg, reunido en Sitges, pero bien sean éstos u otros, presuponen que somos tontos y que pueden hacer lo que quieran con nosotros y esa presunción puede costarles lo que suponen que poseen.
Simplemente....
Gracias por tu opinión.
Es indudable que el Poder -y no en la sombra sino bien a la vista- maneja lo terráqueo como si de un tablerillo de ajedrez se tratara y donde los más insignificantes somos, precisamente, los seres humanos que ejercemos de simples peones, pero, como decía don Bertolt Brecht:
{...]General[o lo que convenga en cada caso], el hombre es muy útil,
puede volar, puede matar.
General, pero tiene un defecto:
Puede pensar.
Puede pensar.
Bendito "defecto".
Afectos.
Así es, Una mirada, Tenemos ese "defecto" y es algo que no nos pueden robar los que se creen que ostentan el poder sobre todo.
Besos
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