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viernes, 2 de julio de 2010

Señales...


Hasta que no se comprende que vivir no es huir de la tristeza, del dolor, de la enfermedad, del infortunio… No se puede empezar a vivir…

Nos pasamos la vida buscando la felicidad, cosa que es perfectamente lícita y comprensible, pero con frecuencia equivocamos el camino eligiendo el de la huida de todo aquello que interpretamos como infelicidad, desaprovechando oportunidades de oro cuya superación nos llevaría, sin escala alguna, al bienestar.

A fuerza de tropezar y caer, llega un momento en el que se comprende que la resistencia al destino o dicho de otra manera, a aquello que nos llega para nuestro propio aprendizaje, es el peor error que podemos cometer, ya que el destino no se cansará nunca de indicarnos los pasos necesarios para llegar a ser nosotros mismos y está claro que con “señales” cada vez más claras para que comprendamos….

7 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Si, Lusss, las señales son cada vez más claras y ¡qué miedo me da no entender! Ahí sí que hay mucho sufrimiento de por medio. Cuando dejas de oponer resistencia y simplemente vas a donde tienes que ir, todo se vuelve suave de pronto y hasta lo difícil se hace llevadero, hasta llegar a desaparecer de tu vida. En cambio, cuando te resistes ni avanzas ni retrocedes, te mantienes ahí en ese punto, que es justo donde no quieres estar.

Un bessso

Anónimo dijo...

Ya te entiendo , Luz.
En la aceptación del dolor , está la felicidad y no en la huida del mismo. Aunque a veces me pregunto por qué tiene que ser así.Jesús de Nazaret también dijo "aparta de mí este cáliz" y se dirigió derecho hacia la voluntad del Padre, que no parecía ser lo que él quería.
Claro que hay que luchar por la felicidad , aunque en ocasiones, las señales son confusas:no entran dentro de la lógica natural. Cuando ves tanto sufrimiento sin poder cambiarlo ,a veces uno se rebela. Aún así lo entiendo como señales hacia la Paz interior y hacia la sabiduría.Que el Bien supremo nos proteja y nos dé fuerzas en éste aprendizaje de la vida....Fuerza, querida amiga.

luz dijo...

Es así, ami: El secreto es el famoso "Be water", es decir fluye... Y en el acto de fluir no hay resistencia alguna y sí superación de cualquier obstáculo casi sin cuestionarse de qué forma se sale de los mismos, simplemente experimentando lo que hay.

Besitosss, amiga

luz dijo...

Anónimo:

Jesús de Nazaret era un ser humano y por lo tanto, sujeto a las características de los mismos.

También quiero recordar, al hilo del cristianismo, la frase de la madre: "Hágase en mí".

Creo que esa es la actitud, y no quiere decir esto que debamos regodearnos en el dolor sino que la postura sería considerar cada experiencia como la mejor, la indicada, la única para dar los pasos necesarios para llegar de la parte al todo.

Besos, amiga

Anónimo dijo...

Claro: hagasé en mi según tu Palabra...
Cómo aceptaría María , como madre ese camino de su hijo?. Estoy segura que no entendía nada, y sin embargo aceptaba, confiaba...
Estuy segura que en alguna ocasión le decía :por qué haces eso ,hijo?. Por qué eliges el camino más dificil.Y sin embargo confiaba , esperaba...

Una mirada... dijo...

Comparto que la Vida es un aprendizaje permanente no exento de dificultades donde caer y levantarse son acciones cotidianas en esa continuada evaluación/evolución con principio y final. Pero me rebela, al igual que el/la comentarista Anónimo, el infortunio; el de quienes -maldita injusticia- jamás conocieron la oportunidad de levantarse. Y, desde luego, el sufrimiento, en ese caso, no es aprendizaje sino condena.

Multirrayos de afectos.

luz dijo...

Una mirada:

Claro que sí, también yo estoy de acuerdo con mi amiga "anónima" en que el no poder rebelarse se torna, en un primer momento en una especie de condena.

Tantas veces el sufrimiento parece inútil, sobre todo en el caso de muchísimos seres humanos en situación de inferioridad a todos los niveles,que nunca podrán compreder el por qué de su existencia en esas condiciones diferentes... En este sentido, no creo que nadie merezca sufrir porque sí, y contra eso sí me rebelo...

Sin embargo, hablando del destino personal y del propio entorno, por decirlo de alguna forma, he aprendido y lo he hecho a base de golpes como cualquiera, que el aceptar una situación que no puede cambiarse, ayuda y mucho, el no negarla, el actuar desde ese punto y no desear o esperar imposibles, nos hace, no sólo verlo desde una perspectiva real pudiendo obrar en consecuencia, sino también aprender de la experiencia concreta.

No obstante, confieso que a veces me gustaría poder tener la oportunidad de cambiar ciertas cosas, aunque para ello tuviera que pagar un precio altísimo, principalmente cuando se trata del sufrimiento de seres queridos.

Un abrazo