
No estaba segura de querer abandonar aquel desierto ilimitado en el que llevaba casi tres meses. Había llegado sin saber cómo y cuando intentaba recordar, sólo acudían a su memoria vagas imágenes de un ayer incierto, bocetos de paisajes sombríos de lugares desconocidos en los que una figura (¿ella misma?) vagaba de un lugar a otro con los brazos extendidos como queriendo encontrar un solo limite, pensando que si lo hallara, podría descubrir o más bien construir un sendero que la condujera a algún lugar, un lugar concreto en el que poder descansar; y quizá si esto fuera posible, podría pensar, podría saber...
¿Quién soy? Se preguntaba una y otra vez… Y entonces, sólo entonces acudían a su mente secuencias de imágenes superpuestas, y las arenas de aquel desierto se convertían en siluetas, una multitud de sombras; todas a su alrededor, todas desconocidas, como negativos de una película muda que, en un instante la atravesaban para volver a desaparecer…
Por momentos pensaba que había muerto y que se encontraba en una especie de dimensión desconocida dentro del mismo espacio: otros mundos dentro del mundo que un día creyó habitar.
En otros momentos, le parecía que una especie de flash iluminaba el desierto puede que fuera un relámpago, pero el fogonazo no se mantenía lo suficiente como para poder situarse en el espacio y permanecía inmóvil, callada, con los ojos muy abiertos por si podía conservar en sus pupilas aunque sólo fuera un leve reflejo de la luz perdida.
En realidad no sabía si lo mejor que podía sucederla era poder recordar ¿Para qué? Los recuerdos se sitúan en el pasado y con esto, lo máximo que podía conseguir era darse cuenta de que ya no era quien fue …
Era difícil sentirse viva en aquel lugar… No, mejor no sacar conclusiones… Quizá debiera simplemente esperar.
“El momento más oscuro de la noche de la vida ocurre un instante antes del amanecer: Eso fue lo único que consiguió recordar” Pero esta vez algo se movió en su interior…
Esperar …
¿Quién soy? Se preguntaba una y otra vez… Y entonces, sólo entonces acudían a su mente secuencias de imágenes superpuestas, y las arenas de aquel desierto se convertían en siluetas, una multitud de sombras; todas a su alrededor, todas desconocidas, como negativos de una película muda que, en un instante la atravesaban para volver a desaparecer…
Por momentos pensaba que había muerto y que se encontraba en una especie de dimensión desconocida dentro del mismo espacio: otros mundos dentro del mundo que un día creyó habitar.
En otros momentos, le parecía que una especie de flash iluminaba el desierto puede que fuera un relámpago, pero el fogonazo no se mantenía lo suficiente como para poder situarse en el espacio y permanecía inmóvil, callada, con los ojos muy abiertos por si podía conservar en sus pupilas aunque sólo fuera un leve reflejo de la luz perdida.
En realidad no sabía si lo mejor que podía sucederla era poder recordar ¿Para qué? Los recuerdos se sitúan en el pasado y con esto, lo máximo que podía conseguir era darse cuenta de que ya no era quien fue …
Era difícil sentirse viva en aquel lugar… No, mejor no sacar conclusiones… Quizá debiera simplemente esperar.
“El momento más oscuro de la noche de la vida ocurre un instante antes del amanecer: Eso fue lo único que consiguió recordar” Pero esta vez algo se movió en su interior…
Esperar …