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martes, 26 de abril de 2011

Las cosas del vivir



En la existencia no resulta lógico darse por vencido, ya que cuando algo ha ocurrido no se puede hacer nada para que no suceda, y la experiencia nos demuestra que tarde o temprano todo pasa e inevitablemente deja un residuo que, incluso siendo negativo a priori, si esto se diera, nos conduciría al cambio personal, a la transformación y siempre la transformación nos conduce a la evolución que es la clave del vivir… Es cuestión de actitud que una experiencia se extienda más o menos en el tiempo, pero aún no actuando, pasará…

Si pudiéramos detener el destino, incluso, si pudiéramos esquivarlo ¿Sería mejor que la aceptación antes o después de los hechos? ¿En qué nos convertiríamos si nuestra vida estuviera vacía de acontecimientos? Un electrocardiograma refleja gráficamente los movimientos del corazón, ese gráfico resultante se compone de subidas y bajadas, y por pequeño que sea el movimiento, aún en reposo denota actividad, vida…

Si pudiéramos reflejar en un gráfico lo que nos va ocurriendo en la existencia, las emociones que experimentamos y las reacciones que inevitablemente se generan de los hechos que vivimos, sería algo parecido a un electro y lo que indicaría sería exactamente lo mismo: actividad, vida…

Por lo tanto si nada sucediera, el gráfico vital sería plano, estaríamos muertos

domingo, 24 de abril de 2011

Aplastado





Todo el mundo daba por hecho que él podía con todo porque su vida había sido muy dura y había salido adelante. Todo el mundo le veía siempre contento, dispuesto a escuchar, dispuesto a cargar con el peso de otros, incluso pensaban que él no tenía penas ni problemas…

Un día desapareció, nadie le pudo localizar…

Empezó todo el mundo a especular: ¿Dónde estará? ¡Qué raro! Le he llamado muchas veces, le he dejado mensajes y no contesta el teléfono ni devuelve las llamadas, no abre la puerta, no escribe…

Nadie se planteó, entonces,  que podría ser que hubiera llegado al límite y que el peso le hubiera aplastado…

O ¿Es que él no podía tener límites?

miércoles, 20 de abril de 2011

La Cajita II. (Dejà vu)


¡Puf! Pensó: Me he precipitado probando el sabor del tiempo, porque sí, tenía ganas de conocerlo, pero debía haber terminado de leer la libreta antes de hacerlo. En fin, se dijo, echando otra mirada al espejo… Pues la verdad es que no recordaba haber sido tan guapa… Y sonrió pensando que a veces, a fuerza de querer vivir, se pierden detalles…

De repente se detuvo, sin dejar de mirarse en el espejo… Si mi imagen ha cambiado… ¿Lo demás seguirá igual?.

En ese momento sonó el teléfono y cuando contestó, se dio cuenta de que, en efecto, todo había cambiado…

¿Oiga? Sí. ¿Dígame? ¿Es usted la señora Díaz? Interrogaron desde el otro lado… Sí, soy yo… Le llamamos del Colegio porque no ha acudido usted a buscar a su hijo… Perdone, contestó ella con un leve titubeo, intentando aparentar normalidad… Enseguida estoy ahí... Es que ha surgido una urgencia familiar y me disponía a llamar en este momento…

Se puso rápidamente una chaqueta y bajó a la calle tomando enseguida un taxi, por lo que a los diez minutos estaba en el colegio recogiendo al niño…

Mientras caminaban de vuelta a casa, el pequeño, al encontrarla tan absorta le preguntó: ¿Estás bien, mamá? Sí Joaquín, perdona… Es que tengo un fuerte dolor de cabeza, así que cuando lleguemos a casa me echaré a descansar mientras haces tus deberes y siguieron hablando sobre su jornada escolar, aunque ella al ver a su pequeño en ese salto hacia atrás, estuvo a punto de desmayarse de emoción, pero sólo le abrazó y procuró mantener la normalidad.

Así lo hizo cuando dejó a Joaquín con su merienda, después de haber éste prometido que no se movería de la salita ni la molestaría a no ser que hubiera algo muy urgente.
Se metió en la habitación contigua con la caja y la libreta y siguió leyendo…

La libreta contenía apuntes y reflexiones de la última persona que había tenido la Caja de los Segundos en su poder y desaconsejaba muy especialmente el comer segundos, a no ser que fuera por un motivo muy concreto como revivir y poner en su lugar un “recuerdo fantasma”, es decir, de esos que no sabes si son producto de tu imaginación o sucedieron en la realidad. Desaconsejaba también, el cambiar el curso de acontecimientos ya sucedidos y ponía un claro ejemplo de intervención inadecuada por parte de esa persona, que pudo llegar a tener consecuencias irreparables.

Y ¿Qué hago yo ahora? Se preguntó mientras escribía sus propias reflexiones en la libreta.. Mi hijo, después de comerme el tiempo, tiene 10 años en lugar de los 22 que tiene en la realidad… Y atendiendo a ese detalle, se supone que el resto de mi vida estará teniendo lugar en el año 1999. La experiencia se convertirá en una especie de “dejà vu”, con la particularidad de que no puedo corregir errores, ya que en el presente real, los errores no lo son; forman parte de la experiencia vital de quienes, en su momento, los vivimos directa o indirectamente…

Continuó leyendo la libreta y pudo constatar que el efecto de la ingestión de tiempo, finalizaba a las veinticuatro horas de haberlo llevado a cabo, y todo, si no había otra intervención, volvería a la normalidad; es decir, que aún quedaban veinte horas de ese “repaso vital”.

¡Eran doce años de diferencia! Se quedó pensando en esa fecha, intentando recordar qué había pasado entonces… Se le ocurrió, que haciendo lo que hacía en ese momento, podía estar cambiando el curso de los acontecimientos, así que salió de la habitación y se fue junto al niño para ayudarle a hacer sus deberes escolares, que era lo que realizaba habitualmente en aquella época; de esa forma, dejaría que el tiempo pasara e iría viviendo lo que surgiera de manera natural.

Al cabo de una hora, el niño terminó sus deberes y pidió permiso para ver la tele, así que, mientras lo hacía, tuvo un margen de tiempo para reflexionar, ya que fue consciente de que su marido llegaría en un par de horas y sintió un miedo atroz pues hacía cinco años que había fallecido, y el hecho de tener que volver a verle era algo que no estaba segura de poder digerir ¡No era natural!.

Volvió de nuevo a la libreta para ver si podía hacer algo para remediar su error y se sorprendió al darse cuenta de que la misma respondía a su pensamiento, ya que en la primera página aparecía el siguiente punto: “Sistema de digestión rápida del tiempo” Y daba una serie de consejos para volver al presente sin tener que dejar pasar el tiempo reglamentario, pero no podría llevarlo a cabo con el niño en casa, así que, después de volver a mirar el reloj, llamó a su hermana y le pidió que se quedara con el niño hasta el día siguiente…

Después de esperar a que su hermana llegara para llevárselo, con la lógica sorpresa por su juventud olvidada y escuchar todos los pormenores del último examen de la Oposición a Profesora de Instituto que había realizado, mientras la oía decir que pensaba que iba a aprobar, aun conociendo ella el resultado adverso de la misma y sabiendo que ni siquiera se dedicaría a esa actividad laboral, incluido un: “Qué rara estás, hija mía… No sé qué te encuentro hoy… ¿De dónde has sacado ese pantalón tan pasado de moda?", y algunas otras puntualizaciones sobre lo callada que estaba y otros detalles banales, cerró la puerta tras de sí y se dirigió a la habitación donde tenía la Caja y la libreta, calculando que restaba alrededor de una hora para la llegada de su marido.

lunes, 18 de abril de 2011

La cajita (I)


Estaba hace unos días paseando por el pasillo de mi casa e iba, aproximadamente por la vuelta 53, cuando de repente, como suelo hacerlo con la luz apagada para poder pensar con más claridad, noté un brillo extraño en un rincón del fondo a la derecha, en el espacio que existe entre el final de un armario y la pared perpendicular donde está la puerta de la calle… Sí, donde se encuentra ese baúl antiguo lleno de documentos y recuerdos del pasado de mi madre…


Bien, pues, como decía, había algo que brillaba detrás del baúl, cosa extraña porque el pasillo estaba completamente a oscuras, por lo tanto, difícilmente se podía reflejar nada. Así que, me asomé y metí la mano por detrás, y después de hacer un esfuerzo bastante grande para poder separar un poco el baúl tiré de algo que se encontraba detrás del mismo. Aluciné cuando saqué una caja monísima, con incrustaciones de nácar, del tamaño algo más grande que un paquete de tabaco. La cajita, tenía un cartel: “Caja de Segundos”


La verdad es que me extrañó el hallazgo, porque esa misma mañana había pasado el aspirador por allí y no vi nada, si bien es cierto que, separé, para limpiar un poco, la base donde se sustenta el baúl que es una mesita baja que tiene una pequeña alfombra debajo y probablemente, no la coloqué de nuevo en su lugar exacto…


Encendí la luz para mirar de nuevo detrás del baúl, y me dí cuenta de que había un agujero en la pared, pero esa pared separa mi casa de la de al lado que está deshabitada, así que decidí que llamaría a un albañil para que tapara el agujero, pero como era viernes, no podría hacerlo hasta el lunes.


Bien, pues a continuación, abrí la cajita, porque, verdaderamente estaba dentro de mi casa, y como en la otra no vivía nadie, pensé… Y en el interior, en efecto, había un montón de segundos numerados, pero como el tiempo no ocupa espacio pues no eran poquitos, como podría pensarse; había también, una pequeña libreta manuscrita, así que, después de empujar los segundos con cuidado de no romperlos, empecé a leer la primera página, que decía:”Si has encontrado esta caja de segundos, vas a ser objeto de una gran responsabilidad, porque serás dueño de tu tiempo, y esto es algo de una importancia que no puedes ni imaginar…”


Instintivamente miré mi reloj de pulsera, y eran las ocho de la tarde… Volví a abrir de nuevo la cajita, y como si de una crema se tratara, pasé mi dedo por los segundos, y a continuación me lo llevé a la boca; siempre he querido experimentar el sabor del tiempo, y francamente me sorprendió porque era agridulce, pero ocurrió una cosa bastante rara… Realmente, me pareció, al untar mi dedo de segundos que sólo había rozado la superficie, pero, como estaba al lado del armario de espejos, ví mi imagen reflejada, y resulta que correspondía a la de una mujer, yo misma, pero como si me hubieran quitado unos diez años…


Pensé en las consecuencias que podría tener esto, y me imaginé algo así como lo del retrato de Dorian Grey pero en espejo, y, francamente, me asusté un poquito, por más que yo no hubiera hecho pacto alguno...

viernes, 8 de abril de 2011

Cosas que he desaprendido


Cosas que he desaprendido...

Mi amiga aMinúscula en su blog sobre Creatividad http://creatividadquiendijomiedo.blogspot.com propone algo que creo que puede marcar un antes y un después, no solo en lo que se refiere estrictamente a la creatividad sino también a la vida en general, puesto que los seres humanos estamos marcados por la educación que ejerce a modo de carcelero en nuestros actos cotidianos. El manejar activa y conscientemente ese verbo en nuestra vida puede llegar a ser muy importante… Así que, he decidido reflexionar sobre este concepto a medida que vaya desaprendiendo/viviendo…


He desaprendido, de momento…

El destino es un verdugo inexorable que se derrama sobre mi vida sin que yo pueda decidir sobre las experiencias que quiero y desde mi elección individual necesito. Bien entendido que hay un destino particular y un destino como especie, pero en ambos decidimos los seres humanos.


He aprendido, de momento…

El destino sólo actúa proporcionándome lo que necesito de acuerdo al rumbo que yo he impuesto en mi vida a través de mis actos previos… La sorpresa la genera la desconexión


No tengo por qué aceptar un rumbo impuesto, puedo cambiarlo a través de mis respuestas que generarán nuevas experiencias de la naturaleza que yo elija a través de las mismas…


... Lo que DESMONTA la idea de un dios amoroso, medio tonto y sin embargo malvado, que con un criterio propio elije lo mejor para nosotros y ACTIVA la de la esencia o sabiduría interior dependiente de nuestra propia voluntad que elije vivir el cielo o el infierno ahí donde habita; cielo o infierno que se traslada a nuestra vida y entorno cotidiano.


Así que, me voy a pintar un cuadro porque "no tengo ni idea de pintar y además no puedo hacerlo..." jeje... después de desaprender esto que acabo de afirmar...

A mi profe de Creatividad.

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