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miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Abran juego, señores!


Se habla, cada vez más, de un nuevo fin del mundo hacia el final de 2012. Existen todo tipo de teorías sin una base sólida, todo hay que decirlo, sobre este supuesto.

Se afirma, no sé si con algo de rigor u objetividad, que la fecha exacta se recoge en los textos mayas; otros que se llaman a sí mismos contactados, exponen que en esa fecha acudirán al rescate de unos cuantos (justos) cuya superioridad con los demás no está bien definida, unos supuestos "seres de luz" existentes en otras dimensiones para llevárselos en unos vehículos (invisibles, claro...) que, ni Asimov en sus mejores momentos, hubiera llegado a inventar. También por aquí aparecen (¡cómo no!) las profecías de Nostradamus cuya interpretación se lleva cada cual a su terreno, dejando al autor a la mismísima altura del betún, por la cantidad de versiones diferentes que de ellas se hacen, y para ser sincera, lo cierto es que no hay quien las comprenda ni aún echándole toneladas de imaginación.

Pues bien, a lo que iba es a que a mí, me da exactamente igual si el mundo termina dentro de dos años, dos meses o dos semanas porque voy a seguir haciendo lo que hago hasta este instante, ya que, sea por esa vía o por la del mismísimo “cólico miserere”, lo real es que la vida tiene principio y fin y desde luego el sistema, el momento o la manera a través de la que la misma termine, no lo conocemos por mucho que sobre ello se especule.

Eso sí, si se trata de jugar a “Jueguecitos Modernos”, pues …

¡Abran juego, señores!

lunes, 23 de agosto de 2010

Susurros del alma


La experiencia me susurró sin voz ni palabras:

Acepta la tristeza, vívela intensamente
y después impúlsate a través de ella.

No permitas que te arrastre a la depresión porque dentro habita un ser
con tentáculos muy poderosos: La víctima

Seguí mi camino sin volver la cabeza
y encontré la alegría.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Más allá



El entendimiento consciente es una experiencia interior imposible de definir ¿Quién puede definir un amanecer? ¿Quién percibe en su totalidad el momento preciso en el que la luz vence a la oscuridad? Sabemos que sucede, lo contemplamos con los ojos físicos en el momento en que los contornos del paisaje se dibujan, primero sutilmente y después, a medida que el astro se posiciona en el firmamento, con mayor claridad, pero antes de que amanezca en la mirada, de que nuestras pupilas reflejen la luz, es el alma quien se ilumina.

De la misma forma, cuando se comprende una experiencia desde la esencia, uno sabe que ahí está, que nunca más mirará hacia dentro con duda, pero no es capaz de explicarlo con palabras…

Seguramente cuando un científico consigue llegar a la comprensión de un fenómeno y trata de exponerlo, siempre hay un detalle, por pequeño que sea que permanece ahí vagando del alma al intelecto; las fórmulas, las teorías, incluso los ensayos de laboratorio, se acercan a la “verdad”, pero nunca llegan a definirla con exactitud plena. Es como tratar de explicar un sentimiento, una ilusión, un sueño: Faltan palabras…

Por todo esto, pienso que el ser humano ha de vivir más allá de lo que puede explicarse, que el camino interior se va construyendo paso a paso, fluyendo por el entendimiento propio, dejando que todo suceda más allá de coordenadas físicas. Creo que es la única manera de llegar…

… Más allá de las metas, en la propia voluntad de caminar que conduce a la experiencia y define la vida sin palabras.

lunes, 16 de agosto de 2010

Matices...




Casi todo el mundo sabe, incluso aunque no pinte, que existen tres colores primarios: Amarillo, azul y carmín. De esos tres colores, mezclándolos en diferentes proporciones, surgen el resto y en el blanco están contenidos todos mientras que el negro es simplemente la ausencia de luz…

Pues bien, de la misma manera, la vida está llena de matices; hay pocos absolutos o ninguno en la práctica, con lo cual, dependiendo del momento, del estado de ánimo, de las circunstancia que nos rodeen, hay diferentes formas de ver las cosas, por lo tanto, ateniéndose a la experiencia, se puede tener una idea más o menos aproximada de las respuestas que surgirían en diferentes situaciones, pero como decía, hay matices y dentro de estos matices, variaciones...

No es necesario ni siquiera aconsejable pasar del blanco al negro en un solo paso a riesgo de deslumbrarse, y desde luego presuponer que alguien va a tener una respuesta determinada a un estímulo concreto, es arriesgarse a equivocarse.

Creo que, en cualquier situación hay que relajarse y contemplar los hechos con distancia, cosa que difícilmente puede llevarse a cabo cuando se está en el ojo del huracán, con lo cual lo mejor es esperar a que todo se asiente sin dar pasos definitivos, dar tiempo al tiempo y después actuar serenamente. De esta forma pueden evitarse muchas tragedias y víctimas innecesarias.

No siempre un golpe de efecto, abundando en lo de los matices y variaciones, coloca lo lanzado en el lugar que se suponía, por eso no me gustan los golpes de efecto (excepto en tenis) sino la acción directa pero en su momento.

Y en la misma linea de que no existen los absolutos, no siempre se cumple la máxima de que a una acción le sigue una reacción…
.


No siempre...

sábado, 14 de agosto de 2010

El sentido de la acción


Creo que en el vivir, las cosas no pueden hacerse porque sí, ni siquiera, exclusivamente por obligación y tampoco por devoción; creo también, que hasta lo más nimio en el discurrir de la existencia, tiene un sentido preciso.

Encontrar el sendero propio hacia lo que debe ser, pero no por cumplir con normas impuestas sino por sentir que algo se ilumina a medida que se avanza en la acción; algo propio que hace que una ráfaga de equilibrio te posea, más allá de lo que externamente pueda percibirse, por expresarlo de alguna forma

Cuando esto ocurre tienes la certeza de que determinada acción abre una puerta, y esta puerta sólo se percibe a través del sentimiento de que lo que se abre es la posibilidad de dibujar la ruta exacta hacia el paso siguiente.

Y es que en el vivir, una acción determinada, tiene principio pero nunca termina. Para que se entienda, es algo así como limpiar: Hoy puedo hacer que los cristales resplandezcan, pero dentro de unos días, tendré que repetir la acción y más adelante hacerlo de nuevo, pudiendo pensar que no tiene sentido tanta repetición, pero sí lo tiene; todo tiene sentido, aún cuando nuestro paso por este mundo tenga un límite, pero los límites, están sólo en la mente, en la dimensión física.

La energía que nos anima no sabe de límites, simplemente es y existe.. O¿Debería cambiar el orden de los factores?
...
Quizá no comprenda por qué los demás actúan como lo hacen y puede que esto les ocurra a los demás con respecto a mí, pero si lo que nos mueve a unos y a otros es el sentido de la acción, todos podemos saber que cada cual tiene sus razones.