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martes, 6 de septiembre de 2011

Ayudándoles nos ayudamos

Con mi agradecimiento a http://angelolaran.com por permitirme difundir su obra

No hace mucho,  comentaba, centrándome en la situación que se vive en el cuerno de África, sin olvidar otros lugares del planeta,  hasta qué punto, como integrantes del mismo,  somos responsables, individualmente, de lo que ocurre en nuestro mundo. Pienso que lo somos, al margen de la responsabilidad de Instituciones y Gobiernos que, sin duda la tienen, pero, personalmente,  creo que sería suficiente con que cada cual asumiera la propia y actuara en consecuencia.
He tenido la fortuna de conocer a través de alguien de mi plena confianza, la labor de un hombre, Ángel Olarán,  que dedica su vida de la manera más generosa y altruista a ayudar a los más desfavorecidos mediante multitud de proyectos dirigidos a la infancia, a los ancianos, a la mejora de la agricultura, etc.,  en Etiopía, en la región de Tigray, concretamente en  Wukro. Para que lo conozcáis con más detalle, os dejo la dirección de su página web http://angelolaran.com

Ellos necesitan la colaboración de todos cuantos podamos prestársela porque, de esta forma, podríamos hacer de nuestro mundo, que también es el suyo en idéntica medida, un lugar más justo, equitativo, fraterno y solidario, y, en consecuencia, a través de lo poco o lo mucho que podamos aportar, asumir la responsabilidad a la que aludía anteriormente.

Más allá de todo esto, es una  cuestión de simple humanidad.

6 comentarios:

una lectora de poesía. dijo...

Hermoso y humanísimo recuerdo africano, Luz!

“Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, dice el gran escritor uruguayo, solidario y humano, maravillosa persona, Eduardo Galeano. Coincido total y plenamente con su pensamiento: “la energía solidaria es inversamente proporcional al nivel de ingresos. O para decirlo al modo de Martin Fierro, que el fuego que de verdad calienta es el que viene de abajo”.

Hoy el poema va para Los “Nadie”, de Eduardo Galeano.

"Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy ni mañana ni nunca,
ni en llovizna cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ningüenados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no practican religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino folklore
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la Historia Universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los Nadies, que cuestan menos que la bala que los mata".

Poema “Los Nadie” en una versión de Youtube

http://www.youtube.com/watch?v=pEkyblfn6oo
Al menos, como diría el poeta, nos queda la Poesía. Leamos Poesía, hablemos de poesía, miremos como lo hacen los genuinos poetas, los poetas que lo son de verdad, poetas a tiempo completo, tanto en días alegres como en días tristes, en tiempos de crisis o en tiempos de esplendor, miremos con ojos de abeja para captar la demasía de la Vida. Y en ese sentido, Ángel Olaran es también un poeta, un necesario poeta que calma el hambre diaria de muchos niños y reconforta su orfandad.

Abrazos poéticos y solidarios!

luz dijo...

Gracias, "Lectora". Sólo quiero mostrar esos "senderos" abiertos por la generosa humanidad de Ángel Olarán en los que me gustaría que hubiera muchísimas "huellas", en forma de ayuda y solidaridad que llegaran hasta Wukro llenando de sonrisas a todos los necesitados.

Gracias también por el maravilloso poema que me has dejado que, como siempre, ilustra mi post, enriqueciéndolo.

Un abrazo

Una mirada... dijo...

Este viejo planeta, atosigado y doliente, necesita esos géiseres de humanidad que nos asean de esa atroz indiferencia, pandemia de la especie humana.
Convivir. Compartir...

Y es que, afortunadamente, el conglomerado de ruindad no es irrompible; es suficiente con varias manos dispuestas a arañarlo para que salga a la luz la solidaridad.

Muchas gracias por acercar a la luz del conocimiento las acciones de quienes combaten el egoísmo.

Besos.

luz dijo...

Estoy de acuerdo contigo, "Una mirada". Actitudes como la de Ángel Olarán, despiertan conciencias dormidas y potencian la solidaridad abriendo puertas para que muchos podamos ser conscientes de que la realidad tiene muchas facetas que no siempre se muestran con claridad en lo cotidiano.

Un abrazo

Anca Balaj dijo...

Yo creo que realmente no somos conscientes. Vemos estas cosas por la tele y parece algo lejano, puede que incluso ficción. Si lo viéramos en persona no creo que fuéramos capaces de permaneces impasibles. Quiero pensar que no.

Toda difusión es poca. Gracias por dar a conocer el trabajo de este hombre.

Bessstias besssucones.

luz dijo...

Tambíen me gustaría creer eso, ami, pero me temo que, por unos motivos u otros, la indiferencia es una enfermedad, que a base de extenderse, se puede convertir en pandemia.

Vamos a ponerle un poquito de esperanza!

Besitos bestiasss y feliz finde, amiga