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sábado, 14 de agosto de 2010

El sentido de la acción


Creo que en el vivir, las cosas no pueden hacerse porque sí, ni siquiera, exclusivamente por obligación y tampoco por devoción; creo también, que hasta lo más nimio en el discurrir de la existencia, tiene un sentido preciso.

Encontrar el sendero propio hacia lo que debe ser, pero no por cumplir con normas impuestas sino por sentir que algo se ilumina a medida que se avanza en la acción; algo propio que hace que una ráfaga de equilibrio te posea, más allá de lo que externamente pueda percibirse, por expresarlo de alguna forma

Cuando esto ocurre tienes la certeza de que determinada acción abre una puerta, y esta puerta sólo se percibe a través del sentimiento de que lo que se abre es la posibilidad de dibujar la ruta exacta hacia el paso siguiente.

Y es que en el vivir, una acción determinada, tiene principio pero nunca termina. Para que se entienda, es algo así como limpiar: Hoy puedo hacer que los cristales resplandezcan, pero dentro de unos días, tendré que repetir la acción y más adelante hacerlo de nuevo, pudiendo pensar que no tiene sentido tanta repetición, pero sí lo tiene; todo tiene sentido, aún cuando nuestro paso por este mundo tenga un límite, pero los límites, están sólo en la mente, en la dimensión física.

La energía que nos anima no sabe de límites, simplemente es y existe.. O¿Debería cambiar el orden de los factores?
...
Quizá no comprenda por qué los demás actúan como lo hacen y puede que esto les ocurra a los demás con respecto a mí, pero si lo que nos mueve a unos y a otros es el sentido de la acción, todos podemos saber que cada cual tiene sus razones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que sí, luz.Hasta el más mínimo detalle tiene sentido.......
Sobre todo siguiendo ésa brújula interior de la que tú tanto hablas.Aunque haya que repetir mil veces la misma acción ,merecerá la pena.Es igual que el amante que todos los días nos dice te amo. Cada día es primero y maravilloso.
O como la noche que contemplo desde aquí, con estrellas un día luminosas y otro día cubiertas por un manto de niebla. Pero sé que están ahí, iluminando mi noche.
Un abrazo de gimagüita.

Una mirada... dijo...

El sentido de la propia vida...
Fíjate que, en ocasiones, ese sentido tiene motivaciones de las que uno/una no es consciente; aunque yo sí creo en las convicciones, en aquello que empuja a abrir una y otra vez la misma puerta aunque no se reflexione sobre ello.
No recuerdo dónde leí que cada persna es un predecible ser impredecible. Y esa es la paradoja.

Afectos.

luz dijo...

Así es gimagüita:

Cada día, cada gesto, cada palabra, cada acción son, cuando tienen sentido, como un rayo que ilumina el sendero para poder seguir adelante.

Besitos y muchas estrellas en tu firmamento

luz dijo...

También creo en esas convicciones, Una mirada, en las que te guían más allá del acto consciente dando sentido a nuestros pasos.

Un abrazo