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sábado, 6 de diciembre de 2008

El sendero del alma (Reflejos...)



Cuando despertó aquella mañana todo parecía diferente; miró a su alrededor, recorrió todas las habitaciones de aquella casa e intentó hallar imágenes en su memoria. No, no recordaba aquel lugar, pero algo llamaba su atención: la luz…


Aquel lugar resplandecía, el ambiente estaba cargado de una calma especial que hacía que se sintiera ¿feliz? No sabría definir su estado; era como… Se quedó pensando… Como si las leyes físicas hubieran dejado de limitarla, como si flotara en una atmósfera diferente, todo era dulce, liviano, acogedor... Y esa luz…


Algo en la pared de enfrente llamó su atención; se acercó y observó una pintura. Se trataba de un paisaje que la emocionó por su belleza. Se detuvo allí, en la contemplación del mismo durante mucho tiempo, tanto, que de repente se dio cuenta de que en la pintura, que en un principio parecía que luciera un sol radiante, comenzaban a caer las sombras del atardecer.


Cuando miró a su alrededor se dio cuenta … Estaba inmersa en aquel paisaje que, hacía unos instantes, colgaba de una pared de aquella casa; sentada en una piedra a la orilla del lago que parecía el motivo principal de la pintura.


El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas y las estrellas se abrían paso en el firmamento luciendo cada vez con más intensidad junto a una luna llena que se reflejaba en las cristalinas aguas del lago, dotando a aquel paisaje de un tinte plateado, dulce, envolvente y algo misterioso.


Se levantó del lugar donde estaba sentada y comenzó a caminar con una sonrisa dibujada en su cara, sintió que siempre había formado parte de aquel paisaje, que la naturaleza y ella eran la misma cosa, un todo inseparable. Emprendió un camino que se dirigía hacia las montañas, la luz de la noche era tan especial que podía apreciar y disfrutar de cada detalle del plateado paisaje.


Y así, caminando, sin plantearse nada más que no fuera hacer lo que hacía, disfrutando del instante, fue consciente de que unos pasos resonaban junto a los suyos… miró a su derecha y allí estaba… ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Preguntó algo sorprendida… Siempre estuve aquí, fue la respuesta de quien caminaba a su lado


Pero… Hasta hace un segundo, tenía la sensación de que caminaba sola… No, contestó él mientras la estrechaba por la cintura. Nunca estás sola, nadie está solo…


Ella se detuvo y mientras contemplaba el rostro de quien la acompañaba dijo: ¿Dónde estamos? Desde que desperté todo me parece nuevo, no puedo decir que extraño, pero sí desconocido, aunque tampoco recuerdo nada del pasado, como si mi historia hubiera comenzado en el momento de despertar, como si toda ella se redujera al día de hoy…


En este lugar todo se reduce al hoy, querida mía, todo lo que somos vibra en el presente… ¿Comprendes? La abrazó mientras ella tenía un recuerdo, el último, el único…
El pasado ya no era necesario, ningún recuerdo anterior podía acompañarla; todo lo que era, cifrado en el tiempo, pasado, presente, todo lo que significaba haber vivido, estaba impreso en la memoria de su alma, recorriendo aquel paisaje con ella o en ella…


Siguió caminando, transitando lentamente aquel sendero en el que ya no apreciaba presencia alguna, aunque se sentía muy acompañada, plena, sin necesidad de ningún tipo…


Contempló agradecida el estrellado firmamento y sintió que todas aquellos astros se reflejaban en lo más profundo de su ser, que ella era una luz más o quizá un reflejo de aquel paisaje que recorría…

4 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Me quedo con este final, con ese ser una parte del paisaje y no necesitar nada más.

Que tengas un buen domingo (y un buen lunes, que es festivo, así que altamente disfrutable)

Un beso

luz dijo...

Creo que uno de los secretos de la infelicidad o de la insatisfacción que tantos seres humanos arrastran durante toda su vida, es la sensación de separación que conduce a la de soledad.

Es por eso que hay tantos enganches emocionales, tantas relaciones que fallan, porque se busca ahogar la soledad en el otro.

Lo que quiero expresar en este relato, es precisamente eso, que no estamos solos, que somos parte de todo lo que está vivo, considerando la vida de una maera mucho más amplia que lo que en realidad se nos inculca.

Gracias ami, lo mismo te deseo.

Mármara dijo...

Yo me quedo con la sensación de paz que me transmite.
Feliz lunes festivo.

luz dijo...

Gracias Mármara:

Uno de los motivos por los que escribo es ese, encontrar la paz que todos llevamos dentro. Si además se puede percibir externamente, me llevo una alegría.

Feliz lunes, igualmente