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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Entidades, santitos, maestros...



Me llega hoy una información de carácter aparentemente espiritual con un título sugerente: El ego y el Ser…

Empiezo a leer y la descripción del ego, de las emociones, de los laberintos del mismo, etc, está bien; un poco más de lo mismo de la teoría que todos más o menos conocemos, porque si algo abunda por la red, son este tipo de cosas. Después de esta primera exposición, me remiten a una dirección en la que ya se desarrolla un poco más la información, entrando en juego un “canalizador”, el de turno…

Ya, cuando veo lo del presunto canalizador, me pongo en guardia, porque me resulta, al menos curioso, que los haya por todas partes, vamos, que levantas una piedra y sale un canalizador que recibe información directa de entidades, santitos o maestros, y lo peor es que parece (eso dan a entender) que lo que reciban sea, en todos los casos, “palabra de dios”.

No soy una persona sin vida espiritual, aunque no esté adscrita a ninguna religión o grupo practicante concretos; muy al contrario, me muevo por este mundo intentando ver el mensaje que cada experiencia lleva en sí misma más allá de lo aparente..

En consecuencia, creo en lo que puedo comprobar o aprender a través de esas experiencias personales, directas, dando por buena, en principio, la idea de que no se aprende en cabeza ajena, aunque nada es despreciable, y considero que de cualquiera que aparezca en mi camino, véase amigo o enemigo, puedo aprender por virtud o por defecto, incluso admito que haya cosas que puedan producir una resonancia interior y resulten creíbles, pudiendo ser consideradas hasta ver qué hay detrás…

En mi opinión, la fe no es creer en lo que no veo, definición eclesiástica donde las haya, puesto que hay muchas cosas en las que creo y jamás he visto ni veré.

La fe, desde mi punto de vista, sería creer en lo que no comprendo (de esa no tengo ni quiero tener), y si aún así, sin comprender, cumple algún requisito de los que he mencionado anteriormente, puedo hasta conceder el beneficio de la duda, ya que gran parte de mi vida, a través de eso que llaman educación, me la he pasado creyendo en absurdos que después se han ido desmantelando a través de la propia experiencia.

En fin… Entidades, santitos, maestros y demás energías del más allá...si desde esta limitada perspectiva existen tantos mortales que puedan escucharles y difundir tanta “verdad”, supongo que a Vds. les resultará una nadería escucharnos a nosotros desde donde se encuentren, así que, por favor, empleen otros métodos más de andar por este mundo, que eso de la canalización, no me parecen ni serios ni claros ni normales...

P.D. Mis disculpas para toda la gente honesta que se mueva por esos mundos

2 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Para mi es esencial que no haya negocio detrás de lo que se predica, para tener un mínimo de credibilidad y disposición por mi parte a escuchar. Pero siempre hay negocio al final...

Un beso

luz dijo...

Eso es un detalle que nunca podré comprender, ami, que haya gente que se lucre por cosas como la espiritualidad o el hacer una labor humanitaria.Ellos mismos se definen con todo eso.

La pena es que, en tantos casos, como dices, termine en negocio u otro tipo de intereses nada altruistas.

Un besito