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sábado, 12 de febrero de 2011

Puertas


Hay ocasiones en las que se nos cierran puertas y ese cierre nos marca, produce dolor, aunque en otras ocasiones el fin de una circunstancia nos haga sentir alegría… “Ahí detrás” quedan aspectos importantes de nuestra vida que nunca volverán a ser lo que eran, pero que forman parte de nuestra historia personal, y ocurre algo parecido a lo que sucede cuando levantamos la vista al cielo y vemos millones de estrellas; muchas de las que contemplamos han desaparecido y lo que estamos viendo es sólo el reflejo de lo que fueron en su existencia.

De la misma manera, hay hechos cuyo reflejo siempre brillará en nuestras almas.

Y estoy segura de que, cuando una puerta se cierra, este acontecimiento hará posible que otras se abran porque la vida se sucede a sí misma y yo nunca dejaré de atravesar el umbral de aquello que se me abre como consecuencia de lo anterior.

Así que, espero tranquila, porque sé, que una vez más, una puerta se abrirá para que algo que necesito llegue, y lo mejor, lo más agradable, es que no sé de qué se tratará, pero el reflejo de lo que terminó brilla en mi alma, iluminando cualquier sendero por el que mis pies tengan que caminar..

6 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Por lo que llevo comprobado, esas puertas siempre van a algo mejor. Al menos así se demuestra hasta ahora, de ahí la tranquilidad, también.

Muchossss besosss, Lusss

luz dijo...

Sí, ami, son puertas necesarias, tanto las que se cierran como las que se abren a continuación, por lo tanto, hay que engrasar bien las bisagras para no poner obstáculos ni aferrarse a lo que llega a su fin y dar la bienvenida a las novedades.

Felisss finde, amiga

Anónimo dijo...

Creo que toda la vida es una sucesión de cierre apertura, Luz. Lo espresas muy bien. Por eso es mejor no hacer planes, porque cada momento es lo que de be ser.
Un abrazo de Nanita.

luz dijo...

Así es Nanita... Saber cuándo se debe cerrar una para que otra se abra y no aferrarse al pasado evitando el presente...

Besitos

Una mirada... dijo...

Me gusta ese concepto de traspasar umbrales, a modo de Rito de Dintel. Y abrir una puerta detrás de otra... Aunque, a veces, algunas puertas no es que se cierren. Somos nosotros mismos quienes lo hacemos, dando un portazo. Y aun echamos la llave.

Afectos.

luz dijo...

Claro, Una mirada, es cierto que a veces es conveniente dar un portazo, principalmente porque, si lo que se quiere es aprender, o avanzar, hay algo imprescindible para conseguirlo, y es saber el momento en el que ha de cerrarse una puerta, sin aferrarse a lo conocido por miedo al cambio.

Y cruzar el umbral, sí...

Besos