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lunes, 18 de abril de 2011

La cajita (I)


Estaba hace unos días paseando por el pasillo de mi casa e iba, aproximadamente por la vuelta 53, cuando de repente, como suelo hacerlo con la luz apagada para poder pensar con más claridad, noté un brillo extraño en un rincón del fondo a la derecha, en el espacio que existe entre el final de un armario y la pared perpendicular donde está la puerta de la calle… Sí, donde se encuentra ese baúl antiguo lleno de documentos y recuerdos del pasado de mi madre…


Bien, pues, como decía, había algo que brillaba detrás del baúl, cosa extraña porque el pasillo estaba completamente a oscuras, por lo tanto, difícilmente se podía reflejar nada. Así que, me asomé y metí la mano por detrás, y después de hacer un esfuerzo bastante grande para poder separar un poco el baúl tiré de algo que se encontraba detrás del mismo. Aluciné cuando saqué una caja monísima, con incrustaciones de nácar, del tamaño algo más grande que un paquete de tabaco. La cajita, tenía un cartel: “Caja de Segundos”


La verdad es que me extrañó el hallazgo, porque esa misma mañana había pasado el aspirador por allí y no vi nada, si bien es cierto que, separé, para limpiar un poco, la base donde se sustenta el baúl que es una mesita baja que tiene una pequeña alfombra debajo y probablemente, no la coloqué de nuevo en su lugar exacto…


Encendí la luz para mirar de nuevo detrás del baúl, y me dí cuenta de que había un agujero en la pared, pero esa pared separa mi casa de la de al lado que está deshabitada, así que decidí que llamaría a un albañil para que tapara el agujero, pero como era viernes, no podría hacerlo hasta el lunes.


Bien, pues a continuación, abrí la cajita, porque, verdaderamente estaba dentro de mi casa, y como en la otra no vivía nadie, pensé… Y en el interior, en efecto, había un montón de segundos numerados, pero como el tiempo no ocupa espacio pues no eran poquitos, como podría pensarse; había también, una pequeña libreta manuscrita, así que, después de empujar los segundos con cuidado de no romperlos, empecé a leer la primera página, que decía:”Si has encontrado esta caja de segundos, vas a ser objeto de una gran responsabilidad, porque serás dueño de tu tiempo, y esto es algo de una importancia que no puedes ni imaginar…”


Instintivamente miré mi reloj de pulsera, y eran las ocho de la tarde… Volví a abrir de nuevo la cajita, y como si de una crema se tratara, pasé mi dedo por los segundos, y a continuación me lo llevé a la boca; siempre he querido experimentar el sabor del tiempo, y francamente me sorprendió porque era agridulce, pero ocurrió una cosa bastante rara… Realmente, me pareció, al untar mi dedo de segundos que sólo había rozado la superficie, pero, como estaba al lado del armario de espejos, ví mi imagen reflejada, y resulta que correspondía a la de una mujer, yo misma, pero como si me hubieran quitado unos diez años…


Pensé en las consecuencias que podría tener esto, y me imaginé algo así como lo del retrato de Dorian Grey pero en espejo, y, francamente, me asusté un poquito, por más que yo no hubiera hecho pacto alguno...

6 comentarios:

Anca Balaj dijo...

Luz ¡qué interesante pinta este cuento! Tú sabes mi obsesión por el tiempo, ahora me tienes en ascuas.

Reconozco yo aquí la mano de un buen amigo mío, llamado HD.

Mucos bestias y besitos

luz dijo...

Sí, ami... Resulta que ahora el que domina es HD, pero domina durante las 24 horas, incluso en el sueño, así que, voy a tener, como tú misma decías, que hacer algun ejercicio de recuperacíón, que esto de perder el uso de razón, no sé si no será peligroso...

Bueno, puesss... continuará

Muchos bestiasss besitosss

Una mirada... dijo...

Me ha fascinado el baúl que ilustra el texto y la cajita con incrustaciones de nácar... Y, a fuer de ser sincero, no negaré que me encantaría chuparme un dedo impregnado en el sabor agridulce de un segundo aunque no tenga un espejo en el pasillo donde observar el tiempo hacia atrás...
En resumen: Que estoy voluntaria y felizmente atrapado en tu tejido de palabras.

Grata semana (y pronta continuación, ¿eh?)

Anónimo dijo...

Recuerdo el baúl que mencionas....
Espero que la o el protagonista, emplee bien los segundos...
Muy interesante lo del sabor agridulce del tiempo, casi diría, es una descrpción exacta.
Besos de Nanita y porfa, no tardes mucho con la continuación...

luz dijo...

Gracias, Una mirada. El tiempo es un gran misterio aunque en cierta forma dependamos de él.

La continuación ya está escrita, lo que no sé es si responderá a vuestras expectativas

Feliz semana, fiestas incluidas.

luz dijo...

jajaja, Nanita. Ese baúl, el lugar donde se encuentra con todo lo que mamá guarda dentro, capta mi atención cada vez que entro y salgo de la casa...

Quizá fuera de las pocas cosas que conservaría si yo me encargara de la decoración.

Besitos